Comencemos por la Prehistoria, los finales del Paleolítico y comienzos del Neolítico. Es decir, los comienzos de la especie humana actual. Concretamente, entre 40.000 años atrás, y entre 9.000 y 3.000 años atrás, según las regiones.
Para nuestro asombro (nuestro evolucionismo etnocentrista frecuentemente nos hace creer que somos los más avanzados, reduciendo la inteligencia y la creatividad humana al simple desarrollo técnico, y que en los comienzos nuestra especie era algo así como una raza inferior), aquellos antepasados nuestros que vivían en cavernas, desconocían la escritura y aún no dominaban un lenguaje articulado complejo como el nuestro, ya eran capaces de crear auténticas obras de arte que aún hoy nos llenan de admiración.
Además, otro prejuicio que se nos desvanece es el considerar que la humanidad ha seguido a lo largo de su evolución, las mismas etapas por las que hoy pasan los seres humanos desde su infancia y su posterior crecimiento. Es decir, que primero desarrollan sólo el pensamiento concreto, y a partir aproximadamente de los 13 años comienzan a desarrollar el pensamiento abstracto. También, la metafísica y la espiritualidad, como un desarrollo muy avanzado de la mente humana.
Estas obras de arte primitiva tiran por tierra estas ideas preconcebidas ("los menos evolucionados son como niños"). Entre ellas encontramos tanto representaciones realistas de animales, como dibujos realizados a partir de una síntesis, en las que sólo algunas líneas más distintivas nos hacer ver la figura sin necesidad de detalles, como algunas figuras totalmente abstractas, hechas a partir de formas geométricas, en las que la representación de la forma del objeto se deforma considerablemente, o desparece totalmente.. Además, se considera que las representaciones realistas, concretas, no tienen un significado tan concreto, sino espiritual, al asociárselas a prácticas mágico religiosas. Con lo cual, también se desvanece la hipótesis del evolucionismo ateo, que asocia el surgimiento de las creencias religiosas con los primeros Estados teocráticos, que sin duda existieron; pero estas pinturas muy anteriores en el tiempo demuestran que el surgimiento de las creencias en un "más allá" son anteriores a su utilización por parte de la casta de sacerdotes.
Caverna de Altamira, España (20.000 a 14.000 años)
Al
estar protegidas de la erosión por la naturaleza del soporte, las pinturas
rupestres han resistido el pasar de los siglos.
Se trata
de una de las manifestaciones artísticas más antiguas de las que se tiene
constancia, ya que, al menos, existen testimonios datados hasta los 40.000 años
de antigüedad, es decir, durante la última glaciación.
Por otra parte, aunque la pintura rupestre es esencialmente una expresión espiritual
primitiva, ésta se puede ubicar en casi todas las épocas de la historia del
ser humano y en todos los continentes exceptuando la Antártida.
Las más antiguas manifestaciones y las de mayor relevancia se encuentran
en España y Francia.
Se corresponden con el periodo de transición del Paleolítico al Neolítico.
Del primero de los periodos citados son las extraordinarias pinturas de
la Cueva de Altamira, situadas en Santillana del Mar, Cantabria (España).
Temática, colores y técnicas sobresalientes
En las pinturas rupestres del
Paleolítico se simbolizan animales y líneas. En el Neolítico se representaban
animales (tales como bisontes, caballos, mamuts, ciervos y renos) frecuentemente
heridos por flechas, seres humanos, el medio ambiente
y manos, representando además el comportamiento habitual de las colectividades
y su interacción con las criaturas del entorno y sus deidades. Los motivos y
los materiales con que fueron elaboradas las distintas pinturas rupestres son
muy similares entre sí, a pesar de los miles de kilómetros de distancia y miles
de años en el tiempo. Todos los grupos humanos que dependían de la caza y
recolección de frutos efectuaron este tipo de trabajo pictórico.
Las
representaciones pictóricas en ese tiempo, se realizaban por medio del silueteo
de las figuras humanas o animales que algunas veces se rellenaban, otras no. La
composición de la pintura es con base de tierra, óxidos y grasas animales. Los
colores más empleados eran el negro, ocres, rojos y violetas. El color
dominante fue el rojo y el negro en segundo plano. El rojo tenía un significado
mágico que asociaron con la sangre, esta a su vez la relacionaban con la vida. Generalmente se
usaban uno o dos colores, incluyendo algunos negros, rojos, amarillos y ocres.
Los colores también llamados pigmentos eran de origen vegetal como el carbón
vegetal, de fluidos y desechos corporales como las heces, compuestos
minerales como la hematita,
la arcilla y el óxido de manganeso, mezclados con un
aglutinante orgánico como resina o grasa.
Las cuevas se ubican totalmente bajo el suelo y
en consecuencia se hallan en una oscuridad casi completa. Se cree que los
antiguos artistas se auxiliaban con unas pequeñas lámparas de piedra llenas de
tuétano.
Los colores se untaban directamente con los
dedos, aunque también se podía escupir la pintura sobre la roca, o se soplaban
con una caña hueca finas líneas de pintura. En ocasiones los pigmentos en polvo se restregaban directamente
en la pared y asimismo se los podía mezclar con algún aglutinante utilizando alguna grasa animal o agua. Se los
aplicaba con cañas o con pinceles rudimentarios. Como lápices se usaban ramas
quemadas y bolas de colorante mineral aglutinadas con resina. A veces se
aprovechaban desniveles y hendiduras de la pared para dar la sensación de
volumen y realismo.
A menudo las siluetas animales se marcaban o
raspaban para generar incisiones y así producir un contorno realista y notorio
en la roca.
Los
yacimientos de pinturas rupestres se dan con mayor frecuencia entre Francia y España, porque en estas zonas el hombre
encontró un lugar más propicio para sobrevivir a los cambios ambientales y al
crecimiento demográfico.
Caverna de Lascaux (Francia), 17.000 años
Su significado
Estas
pinturas — y las otras manifestaciones asociadas — revelan que el ser humano,
desde tiempos prehistóricos, organizó un sistema de representación artística.
Se cree, en general, que está relacionado con
prácticas de carácter mágico-religiosas para propiciar la caza. Pero es difícil, por no decir, imposible, proponer
generalizaciones. Por ejemplo, en ciertos casos las obras rupestres se dan en
zonas recónditas de la cueva o en lugares difícilmente accesibles; hay otros,
en cambio, en los que éstas están a la vista y en zonas expeditas y despejadas.
Cuando la decoración está apartada de los sitios ocupados por el asentamiento
se plantea el concepto de santuario cuyo carácter latente subraya su
significado religioso o fuera de lo cotidiano. En los casos en los que la
pintura aparece en contextos domésticos es necesario replantear esta noción y
considerar la completa integración del arte, la religión y
la vida cotidiana del ser humano primitivo. (Lo que no estaría tan alejado de
las costumbres del hombre actual: podemos encontrar imágenes religiosas en un
templo dedicado exclusivamente a la práctica de la religión, como a la entrad
de una casa, en l habitación o en la cocina)
Cazador embestido por un bisonte (¿no todas las pinturas eran de carácter mágico-religioso? ¿O la
muerte tiene algo que ver con eso? El enigmático pájaro de largas patas, ¿una imagen prehistórica
surrealista para representar el espíritu que vuela al más allá?)
En el arte
prehistórico, el clima fue un factor condicionante, los cambios
climáticos ocasionaron que los animales que eran alimento de los humanos fueran
desapareciendo, migrando o adaptándose al clima para su supervivencia. Las
muestras artísticas más importantes del paleolítico se encuentran en lugares
como Málaga.
Es en
esa época cuando surge la religión, para tratar de encontrar una respuesta a
las preguntas que se hacían. Con esto, se intenta justificar la teoría sobre
los objetos artísticos, donde el hombre crea objetos con un toque mágico y
religioso, donde los animales son seres divinos, esto se refleja en técnicas
como el animismo y el totemismo. Otra teoría sostiene que los objetos tienen características
sexuales como símbolo de perpetuidad de la especie, la última teoría sostiene
que el arte se hace por hacer, sin un pensamiento en particular al respecto,
solamente obedeciendo a los deseos de las personas en aquel entonces, como una
lluvia abundante, una caza exitosa, entre otros motivos.
Las
cuevas fueron las que poseían el toque sagrado en la época, ahí se pintaron
animales y las pinturas tienen un marcado toque sexual en las representaciones.
En las cuevas, se encuentran cámaras que están unidas por los diferentes
pasillos. Se cree que en las cámaras solamente ingresaban los iniciados en la
religión.
Los
animales debían estar representados lo mejor posible, para que la magia se
realice de forma correcta al modo de entenderlo, utilizaron técnicas como la
policromía (decorar con otros colores partes especificas de los objetos a
representar) para poder conseguir realismo en sus pinturas. Los animales están
acéfalos (sin cabeza) en las pinturas, lo que simbólicamente, restaba fuerza al
animal. La relación del hombre con el paleolítico era que en la cabeza se
encontraba la fuerza. La magia simpática, se utilizó para objetos de caza, es
donde nace el concepto del brujo artista, que fabricaba estos objetos para
desarrollar su magia.
Animal mitológico de largos cuernos (mal llamado "unicornio" por algunos
estudiosos: saltan a la vista los dos cuernos)
Imágenes estilizadas de los cazadores. Observar la notable sensación
de movimiento de las figuras